La recuperación turística avanza pero a costa de la salud de miles de turistas y quintanarroenses.
REVOLTIJO
Por Eloísa González
Era bola cantada, nada que nos sorprenda.
Un espeluznante repunte de casos de C-19 -incluyendo varios de Ómicron- dan la bienvenida este 2022 a Quintana Roo.
Autoridades de turismo en el estado, sin vacilar, informaron que Quintana Roo está más conectado que nunca y por supuesto más infectado que nunca.
En días pasados se registraron en promedio 600 vuelos diarios en el Aeropuerto Internacional de Cancún, motivo de satisfacción para unos, y coraje e impotencia para otros.
Aunque se afirma que la recuperación turística avanza en la entidad, seguro que sí, pero a costa de la salud de miles de turistas y quintanarroenses, quienes incrédulos observan una atroz alza en nuevos contagios.
Que no nos den “atole con el dedo”, el panorama en el estado es complejo, crítico, no sólo en materia de salud, sino también en el ámbito económico, político y social.
De sobra están las mil y un recomendaciones, consejos, sugerencias, si sociedad y autoridades no actúan con responsabilidad y sobre todo con una directriz definida.
En el manejo de la pandemia los gobiernos estatales y municipales tienen que saber hacia dónde “van” al igual que la sociedad.
No es posible que cada estado, municipio y comunidad maneje la pandemia como le dé la gana, por ello, creo que se requiere de una reunión urgente de gobernadores con el Presidente de México para acordar como manejarán la pandemia y evitar los “bandazos” de todos los días.
Si se requiere endurecer medidas, aplicar más restricciones de las pocas que hay e incluso regresar al confinamiento, hay que hacerlo pero ya.
Mientras tanto, no hay otra que seguir cuidandonos y acatar las recomendaciones médicas en caso de presentar síntomas de sospecha de infección, que a estas alturas da igual si es Delta, Ómicron, Deltacron, Flurona, gripe o un sencillo resfriado, y aunado al tratamiento médico por supuesto el aislamiento.