Las Porciones sí importan

“El limite no existe” y por esa misma razón, es necesario establecernos un límite.

Cuando eras pequeño, incapaz de poder tomar tus propias decisiones, quienes decidían por ti y más al momento de comer, eran tus padres. Entendíamos en su totalidad que “un plato limpio” significaba un estómago lleno, pero ¿qué tan lleno?

Escuchamos siempre recomendaciones de otras personas más grandes que nosotros porque pensábamos que lo que salía de su boca, era verídico. Hasta que entendimos que la avena en ayunas o la taza de té hirviendo con un poco de miel y limón, no quemarían nuestra grasa.

Cuando nos hacemos responsables de nosotros la toma de decisiones cambia para bien o para mal, nos hacemos conscientes de nuestras propias necesidades y comenzamos a entender que nos gusta y que no, entre otras cosas.

Entender cómo funciona nuestro cuerpo, es conocernos un poco más y con ello poder establecer límites para un bien personal. Te pregunto, después de comer una gran cantidad de comida rápida, la sensación de “no debí comer tanto”, ¿aparece? Si es así, ¿por qué? Bueno, estoy segura de que saben la respuesta.

Durante las festividades que hay a lo largo del año solemos elaborar platillos que consumimos especialmente en ciertas fechas. Nos atiborramos de ellas precisamente por las pocas veces que tenemos oportunidad de comerlas.

Cuando no hay un control en las cantidades de consumo, comenzamos a sugestionarnos al darnos cuenta qué un poco de todo, era más que suficiente. Que el plato no esté limpio, no significa que nosotros no estemos satisfechos, pero lo que sí significa, es que habrá probablemente un gran desperdicio y eso, sí que es un error que podemos corregir.

Cuando mis pacientes vienen a mi diciendo lo mal que se sienten al no haber seguido el plan de alimentación al pie de la letra, solo les pido que me cuenten lo que consumieron y si fue a causa de una ocasión especial.

De ser así, solo respondo: limítate, no te restrinjas. ¿Quieres comer pizza? Adelante, ¿quieres comer pastel, papas, galletas, tomar refresco/jugos? Adelante, hazlo. Pero todo con moderación.

Limitarnos no nos ayudara a bajar de peso, pero sí a ser más conscientes de hasta donde podemos llegar. He escuchado a muchas personas decir que mientras más pequeña sea tu porción, más rápido serán los resultados a la hora de bajar de peso, y lo único que puedo decir, es que podrán existir múltiples resultados, y te aseguro, que la mayoría no serán positivas. Cuando nos limitamos a porciones pequeñas de comida, nuestro cuerpo entra en muchas facetas, una de ellas es la paranoia del descontrol, ¿a qué me refiero? Seremos vulnerables al momento de parar nuestra ansia por querer comer aún más, y al final nos daremos cuenta que  efectivamente el plato estará limpio, y nosotros excesivamente llenos… cuando en realidad ya estábamos satisfechas a mitad del consumo de nuestro platillo.

Lo que nos ha quedado bastante claro a los nutriólogos, es que todo requiere un equilibrio. Nada es lo bastante bueno, ni lo suficientemente malo, un poco de todo, siempre será más que suficiente.

Ahora, cuando los papeles se invierten y en lugar de consumir pequeñas porciones, la referencia que usamos como 1 taza, es la taza de 2 L que usamos para tomar café, bueno, no es una buena base de medida. Cuando no le damos a nuestra digestión ese espacio de tiempo para procesar los alimentos, solo ganamos aumentar nuestro consumo de alimentos creyendo que es lo que necesitamos, porque nuestro cuerpo nos lo pide, pero ¿es realmente nuestro cuerpo el que nos pide más?

Tal vez ser consciente de esta respuesta te permita anticiparte de todas las consecuencias que conlleva no conocer a nuestros límites. Existen múltiples consecuencias al consumir menos y más de lo que nuestro cuerpo realmente necesita y prometo hacer saber cada una de ellas, pero primero, hay que aprender a caminar para después correr.

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