Hoy se cumplen 45 años de un adiós que nunca fue silencio.

Lennon: legado, música y revolución espiritual.
El último acorde de un soñador: John Lennon a 45 años de su partida.
El mundo sin John: un 8 de diciembre que marcó a generaciones.
Este 8 de diciembre se cumplen 45 años del asesinato de John Winston Lennon, uno de los músicos más influyentes del siglo XX, cuya muerte sacudió al mundo entero en 1980. El ex Beatle fue asesinado por Mark David Chapman afuera del edificio Dakota, en Nueva York, horas después de haberle firmado un disco a su propio verdugo. Aquel gesto, que hoy estremece por su ironía trágica, quedó registrado incluso en una fotografía tomada ese mismo día.
Lennon no fue únicamente un integrante de The Beatles: fue conciencia, poesía, rebeldía, pacifismo y contradicción. A 45 años de su partida física, su música sigue siendo un refugio emocional y un grito universal de esperanza, especialmente a través de su etapa como solista, íntimamente ligada a la figura de Yoko Ono.
De Beatle a activista: el nacimiento del Lennon solista
Tras la disolución de The Beatles, John Lennon emprendió una carrera en solitario marcada por una profunda transformación personal y artística. Influido poderosamente por Yoko Ono, su música dejó de buscar únicamente la perfección melódica para convertirse en un vehículo de mensajes políticos, sociales y existenciales.
Uno de los momentos más simbólicos de esta transición ocurrió en 1968, cuando participó en la filmación de The Rolling Stones Rock and Roll Circus. Aunque el material se publicó hasta 1996, quedó como testimonio de una alineación legendaria: Dirty Mac, el grupo “galáctico” integrado por Lennon, Eric Clapton, Keith Richards y Mitch Mitchell.

El 20 de marzo de 1969, John y Yoko contrajeron matrimonio, consolidando una de las parejas más polémicas y mediáticas del siglo XX. Juntos publicaron la serie de litografías Bag One, que mostraban pasajes íntimos de su luna de miel, muchas de ellas censuradas por considerarse indecentes. Paralelamente, lanzaron álbumes experimentales como Unfinished Music No.1: Two Virgins, Life with the Lions y Wedding Album, donde rompieron por completo con la idea tradicional de la música comercial.

La música como bandera de paz
Con The Plastic Ono Band, Lennon encontró un formato ideal para difundir su mensaje. Temas como Give Peace a Chance, convertido en himno contra la guerra de Vietnam, marcaron una época. A este le siguieron provocaciones sonoras como Cold Turkey e Instant Karma!, piezas donde volcó su angustia, su fe y su inconformidad.
En agosto de 1971, Lennon y Ono se mudaron a Nueva York. Ese mismo año lanzaron Happy Xmas (War Is Over), un villancico moderno cargado de crítica política. Su activismo fue tan contundente que el gobierno de Richard Nixon intentó en repetidas ocasiones negarle la residencia permanente en Estados Unidos, logro que el músico sólo conseguiría en 1976.
El álbum Some Time in New York City (1972) fue duramente criticado por su excesiva carga política. Lennon hablaba sin filtros sobre racismo, feminismo, cárceles y guerras. Para muchos especialistas, fue una obra más ideológica que musical. Aun así, consolidó su imagen como artista comprometido con su tiempo.
Ese mismo año, Lennon y Ono realizaron sus últimas presentaciones masivas en los conciertos benéficos de Willowbrook, en el Madison Square Garden, a favor de niños con discapacidad mental. Serían, sin saberlo, las despedidas de los grandes escenarios.
El “fin de semana perdido” y el único número uno en vida
En 1973, la relación con Yoko atravesó una crisis. Lennon entró en una etapa de depresión, alcohol, excesos y soledad que él mismo bautizó como su “lost weekend”, un periodo que en realidad se extendió por 18 meses. Durante ese tiempo colaboró con Ringo Starr, Mick Jagger, Harry Nilsson y Elton John.
Precisamente con Elton John logró su único número uno en vida como solista: Whatever Gets You Thru the Night, en octubre de 1974. La amistad entre ambos fue tan sólida que llegaron a apostar si esa canción alcanzaría la cima de las listas, lo que obligó a Lennon a cumplir su promesa de subir al escenario con Elton en el Madison Square Garden.

En 1975, John regresó con Yoko y nació su hijo Sean. Entonces tomó una de las decisiones más radicales de su vida: abandonar por completo la fama, retirarse de la música y dedicarse al hogar, a la crianza y a una vida doméstica que lo llenó de una serenidad desconocida.
Double Fantasy: el regreso del hombre maduro
Cinco años después, en 1980, Lennon regresó con el álbum Double Fantasy. El sencillo (Just Like) Starting Over dominó las listas, aunque el disco fue criticado por mostrar a un Lennon maduro, reflexivo y familiar. Con el tiempo, temas como Woman y Beautiful Boy se convirtieron en piezas profundamente emotivas tras su muerte.
“Imagine”: el himno eterno
Si una canción define la esencia de John Lennon es Imagine. Escrita en 1971, mientras Yoko lo observaba en la recámara, esta obra se convirtió en un himno universal de paz, unión y esperanza. Más allá de su estructura musical, su valor reside en el mensaje: un mundo sin fronteras, sin religiones que dividan, sin posesiones que enfrenten.
“You may say I’m a dreamer, but I’m not the only one…”, escribió Lennon. Décadas después, ese verso sigue siendo una brújula moral para millones.

La canción incluso fue protagonista en la clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, permitiendo a nuevas generaciones encontrarse con la voz del soñador de Liverpool.
8 de diciembre de 1980: el día que el mundo se detuvo
Ese lunes comenzó con una sesión fotográfica para la revista Rolling Stone. Annie Leibovitz buscaba retratar sólo a Lennon, pero terminó capturando una imagen histórica: John desnudo, abrazando a Yoko vestida, sobre el piso de su departamento en el edificio Dakota.
Tras la sesión, Lennon salió a saludar a los fans que diariamente lo esperaban. Entre ellos estaba Mark David Chapman, quien le pidió que firmara un ejemplar de Double Fantasy. Con amabilidad, John lo hizo. Leibovitz alcanzó a fotografiar ese instante. Minutos después, cambiaría la historia.
A las 22:50 horas, cuando John y Yoko regresaban a casa, Chapman sacó un revólver calibre .38 y disparó cinco veces por la espalda del músico. Gravemente herido, Lennon fue trasladado en una patrulla al hospital St. Luke’s-Roosevelt. Aún consciente por minutos, murió a las 23:15 horas.
Chapman, sentado tranquilamente en la banqueta del edificio, fue detenido sin oponer resistencia. Tiempo después se sabría que había intentado cometer el crimen un mes antes, pero se arrepintió.
Yoko pidió que no hubiera funeral. Lennon fue cremado y se convocó a una oración mundial de diez minutos de silencio. En Central Park se reunieron 227 mil personas; en Liverpool, más de 35 mil. El mundo lloró al último Beatle.
Homenajes que no terminan
Cada año, en Strawberry Fields, dentro de Central Park, fans de todo el mundo se reúnen alrededor del mosaico con la palabra “Imagine”. Hay música, poesía, flores, guitarras y silencio. Un silencio que no duele: acompaña.

Chapman cumple cadena perpetua en la prisión de Attica. Su libertad condicional ha sido negada sistemáticamente desde el año 2000.
El legado de un soñador eterno
John Lennon cambió para siempre la forma de entender la música como herramienta de transformación social. Fue poeta, rebelde, pacifista, contradictorio, padre amoroso, estrella pop y alma vulnerable. Su voz sigue viva en cada acorde, en cada generación que descubre a The Beatles, en cada guerra donde alguien vuelve a cantar Give Peace a Chance, en cada persona que sueña con un mundo mejor gracias a Imagine.
A 45 años de su muerte, John Lennon no ha sido silenciado. Al contrario: su mensaje crece, se renueva y sigue sonando con la misma fuerza que aquel último acorde interrumpido en la noche de Nueva York.
Porque algunos soñadores nunca mueren. Sólo se convierten en eternos, hoy nos sumamos al homenaje al músico inmortal: John Lennon.






