Detrás del Pan de Muerto: tradición, empleo y valor para miles de familias mexicanas

La celebración del Día de Muertos en Yucatán generaría una derrama económica estimada en 1,500 millones de pesos, lo que beneficiará tanto al estado como a la preservación de esta valiosa tradición cultural.

En la Ciudad de México por motivo de la celebración del Día de Muertos, el año pasado la derrama económica alcanzó los 13 mil 121 millones de pesos.

En México hay 54,720 panaderías.

Las mayores ventas se concentren en tiendas de disfraces, supermercados y florerías. Las tiendas de disfraces anticipan un notable incremento en la compra de vestimentas y accesorios, mientras que los supermercados experimentarán un aumento en la demanda de productos típicos de la temporada, como el pan de muerto y otros alimentos tradicionales. También se espera un incremento en el consumo de ingredientes para la elaboración del pib en mercados y carnicerías.

Las festividades, que combinan ritos ancestrales con actividades modernas, también contribuirán a un aumento en las ocupaciones hoteleras en las principales ciudades y pueblos, especialmente en Mérida.

La celebración del Día de Muertos no solo representa un fuerte componente de la identidad cultural de Yucatán, sino que también se ha consolidado como un motor económico clave para la región.

Aunque no hay cifras exactas sobre la derrama económica específica del pan de muerto en Yucatán, su contribución está integrada en la derrama total generada por las celebraciones del Día de Muertos y el Hanal Pixán. Esta derrama general se estima en cientos de millones de pesos, de la cual la venta de pan, tanto tradicional como el estilo de pan de muerto del centro del país, constituye una parte importante. 

La venta de pan de muerto estimula la economía local: La producción y venta de este pan beneficia a las panaderías tradicionales y contribuye a mantener los negocios locales.

Impulsa el comercio en supermercados: Estos establecimientos registran un aumento significativo en la demanda de pan de muerto durante la temporada, lo que eleva las ventas de comestibles en general.

Influye en los precios: Se ha anticipado un aumento de hasta un 30 por ciento en el precio del pan para este año en Yucatán, debido a los efectos inflacionarios y el incremento en los costos de producción. 

Es importante notar que en Yucatán coexisten dos tipos de pan en estas fechas:

Pan de finados: Es el pan dulce tradicional yucateco que se usa en los altares del Hanal Pixán.

Pan de muerto estilo centro del país: Este pan, cada vez más popular en la región, ha diversificado la oferta con rellenos como queso de bola y cremas, impulsado por el marketing de supermercados y panaderías. 

En el marco de la celebración del Día de Muertos, el Consejo de la Comunicación, en colaboración con la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México (CANAINPA) y la Panadería Tahona, llevó a cabo la experiencia “¿Sabes qué hay detrás del Pan de Muerto?”, una jornada para conocer el proceso de elaboración de este tradicional alimento y reconocer la gran cadena de valor que lo hace posible.

Durante la experiencia, los participantes aprendieron cómo se elabora el pan de muerto y descubrieron que detrás de cada pieza existe una red de miles de empleos y empresas mexicanas que participan en su producción: desde agricultores y transportistas, hasta panaderos y productores artesanales que mantienen viva una de las tradiciones más queridas del país.

“Quisimos conmemorar una de las celebraciones que más nos distingue en el mundo, conociendo el proceso de elaboración y el ciclo de valor del pan de muerto”, señaló Salvador Villalobos, Presidente Ejecutivo del Consejo de la Comunicación.

“Durante estas fechas se impulsa de manera importante a miles de empresas, especialmente Pymes, y por consiguiente a millones de colaboradores. En esta cadena participan sectores como la floricultura, las panaderías, el turismo, la hotelería, las artesanías, la gastronomía y muchos más.”

De acuerdo con datos oficiales, tan solo en 2024 la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO) estimó una derrama económica de 13 mil 121 millones de pesos en la Ciudad de México por motivo de la celebración del Día de Muertos.

En tanto, la CANACO CDMX reportó una derrama de 70 millones de pesos derivada de la venta de flor de cempasúchil, beneficiando a más de 4,500 empresas.

Asimismo, el turismo reportó niveles de ocupación superiores al 80% en destinos emblemáticos como Oaxaca, Pátzcuaro y Cancún, y por arriba del 70% en ciudades como Ciudad de México, Morelia, San Miguel de Allende y Aguascalientes.

Por su parte, Julián Castañón, Presidente de la CANAINPA, destacó la relevancia económica, cultural y social de la industria panificadora: “El pan es un alimento básico y profundamente arraigado en la dieta mexicana. Su consumo per cápita es de 36 kilogramos anuales. Del total, el 81% corresponde al pan blanco —como bolillos, teleras y pan de caja—, mientras que el 19% pertenece al pan dulce y la repostería, donde el pan de muerto ocupa un lugar especial.”

La industria panificadora mexicana combina tradición artesanal con tecnología moderna y está integrada por más de 54 mil panaderías, en su mayoría micro y pequeñas empresas familiares, que generan más de 530 mil empleos directos y miles de indirectos en todo el país.

Detrás de cada pan de muerto hay historias de esfuerzo, creatividad y pasión por mantener vivas nuestras tradiciones. Más que un alimento, este ícono del Día de Muertos representa el trabajo de miles de familias mexicanas y la unión de distintos sectores que contribuyen al desarrollo económico y cultural del país.

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