En el marco de la manifestación por el #8M, hubo dos varones detenidos, bardas pintadas, una persona desmayada y pancartas con demandas de justicia y alto a la impunidad de violadores y agresores.
Ni el gas lacrimógeno, chorros de agua y vallas apagaron la voz de 10 mil mujeres que tomaron el centro de Mérida, en el marco de la marcha por el #8M, que dejó como saldo dos varones detenidos, fachadas de negocios, bardas y algunos monumentos con grafitis, así como una persona desmayada y pancartas con demandas de justicia y alto a la impunidad de violadores y agresores.

El Parque de la Mejorada fue uno de los puntos de concentración en donde poco antes de cinco de la tarde comenzaron a llegar las participantes de esta marcha que recorrió las principales calles del Centro Histórico en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Ante la mitrada atenta de mujeres policías, la concentración inició en el Parque de La Mejorada, desde donde partió un contingente de mujeres de todas las edades, incluyendo algunas madres que llevaron a sus hijos menores de edad, así como algunos bebés en sus carreolas. Entre las diversas formas de protesta se incluyó una emblemática “Marcha del Silencio” que abarcó desde la calle 50 hasta la 54.

La columna de manifestantes hizo una significativa parada en el Monumento a los Montejo, en el sitio conocido como El Remate, en donde las participantes realizaron un posicionamiento antirracista, mientras que algunas mujeres “ocultas” entre la multitud, realizaban pintas en la base del monumento.


La presencia policiaca se mantuvo inerte.
Posteriormente continuaron su camino por la calle 60 hasta llegar a la Plaza Grande, bajo la mirada de trabajadores de los diversos negocios, así como personas locales, turistas nacionales e internacionales.
En el contingente, bajo el agitado ritmo de la batucada, integrantes de grupos transfeministas, familias afectadas por violencia feminicida, madres acompañadas de sus hijas, personas con discapacidad, adultos mayores, personas trans y diversos colectivos feministas coreaban al unísono las ¡Niñas no se tocan! y ¡Ni una más, ni una menos!.
Las consignas resonaron con mayor fuerza mientras el contingente se aproximaba a la Plaza Grande.


El color morado predominó en la vestimenta y accesorios de las asistentes. No faltó el comerciante que aprovechó la ocasión para vender pañoletas a dos por 50 pesos, bolis y agua embotellada en puntos estratégicos de la marcha.
En algunos comercios, los propietarios ofrecieron gratuitamente agua embotellada a las manifestantes, entre las que sobresalió la presencia de mujeres vestidas con hipiles, aportando un aspecto de identidad y cultura.
También llamó la atención que algunas participantes realizaron ceremonias mayas como parte de los actos conmemorativos.
Al llegar al Parque de la Madre, se percataron que el acceso a la Plaza Grande estaba “blindado” por vallas metálicas y cuerpos antimotines armados con escudos.
No obstante continuaron hasta quedar frente a frente con los policías ante quienes lanzaron consignas como «¡Vivas nos queremos!» y «¡El violador eres tú!».
Algunas manifestantes sacaron sus botes de pintura en aerosol y escribieron mensajes de protesta mientras pedían a gritos que el gobernador Joaquín Díaz Mena y la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, las escucharan.
Romanticismo en medio del caos
En contraste con el movimiento social, una pareja de novios aguardaba afuera de la Parroquia de Santa Ana, que se ubica en el Parque de la Madre, momentos antes de contraer matrimonio.
Cientos de manifestantes corearon “¡Cuídala, cuídala!”, mientras los novios levantaban sus manos en señal de apoyo a la causa.
“Blindaje” en El Palacio de Gobierno
El Palacio de Gobierno amaneció resguardado por vallas metálicas bloqueando el acceso a la Plaza Grande por la calle 60, en donde un notorio dispositivo policial se mantuvo desplegado en las inmediaciones.
Este “blindaje” llamó la atención, dado que otros edificios emblemáticos, como el Palacio Municipal, el propio Monumento a Montejo, permanecieron sin protección adicional.

El gobierno bloqueó el paso hacia la Plaza Grande con vallas, mismas que rodearon el Palacio de Gobierno y la Catedral de Mérida.
Poco antes de las ocho de la noche, luego de tres horas de marcha, las activistas no se dieron por vencidas y caminaron hacia la calle 62 para ingresar a la Plaza Grande en donde lograron concentrarse.
Empero, las manifestantes que lograron llegar frente a la sede del Ejecutivo estatal, fueron dispersadas por elementos de la SSP con chorros de agua, cuando intentaron brincar los muros de contención.
Al final, salieron los gases lacrimógenos para alejar a las manifestantes de la sede gubernamental.

La marcha del 8M en Mérida comenzó de forma pacífica, con actividad menor del bloque negro en algunos puntos de la movilización previo a la llegada a la Plaza Grande, donde se registraron la mayoría de los incidentes mayores.
Por su parte, La Policía Municipal también bloqueó el acceso al interior del Palacio Municipal cuando el contingente avanzó hacia dicho inmueble, tras lo cual se confirmó la detención de dos hombres.
Además de Mérida se realizaron marchas en municipios de Yucatán como Kanasín, Conkal y Yaxkukul.

Frente Nacional para la Sororidad Yucatán lanza mensaje al gobierno
En un comunicado en redes sociales, el Frente Nacional para la Sororidad Yucatán señaló lo siguiente:
A la sociedad y a las autoridades del estado de Yucatán: Desde el Frente para la Sororidad Yucatán, Centro por la Justicia, Democracia e Igualdad-CEJUDI, Acciones para la Mujer A.C., Red de Acompañamiento A.C., Centro de Apoyo Solidario Documentación y Estudio A.C., y UNASSE A.C., expresamos nuestra profunda indignación y rechazo ante la represión ejercida contra quienes marchamos este 8 de marzo en paz, ejerciendo nuestro derecho legítimo a manifestarnos.
El uso de gas y agua contra la manifestación, así como el bloqueo de nuestro paso hacia el punto donde realizaríamos actividades, fue un acto de violencia injustificable que puso en riesgo no solo a quienes marchamos, sino especialmente al contingente de personas con discapacidad y a la niñez, quienes debieron haber sido protegidos y no expuestos a una situación de peligro.

Nos duele y nos enfurece ver cómo nuestra ciudad, que ha sido testigo de nuestra lucha constante por la justicia y la igualdad, hoy es escenario de represión bajo el mandato de las nuevas autoridades estatales. No aceptaremos que se nos silencie ni que se criminalice nuestro derecho a la protesta.
Exigimos explicaciones, exigimos justicia y exigimos garantías de que nuestra voz no será callada con violencia. Seguiremos en pie, organizadas y luchando por nuestros derechos.
¡No nos detendrán!
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