Sol extremo en Yucatán: la nueva alerta dermatológica ante tatuajes y modificaciones corporales.

Sol Extremo Y Piel Vulnerable: Una Alerta Creciente En Mérida
La Península de Yucatán, y en particular Mérida, vive desde hace años bajo un escenario climático extremo que combina temperaturas elevadísimas, altos niveles de radiación ultravioleta (UV) y una cultura laboral y recreativa que depende fuertemente de actividades al aire libre. En este contexto, la piel —el órgano más grande y visible del cuerpo humano— se ha convertido en el blanco principal de una problemática silenciosa, acumulativa y potencialmente mortal: el cáncer de piel.
Aunque los estudios epidemiológicos disponibles para Yucatán no reflejan la situación actual con precisión —pues muchos se basan en datos de 2012 o en periodos que concluyeron en torno a 2015—, aquellos registros ya advertían una tendencia preocupante. En un estudio del Centro Dermatológico de Yucatán se reportaron 1,258 casos en un periodo de diez años, cifra significativa para una entidad con población relativamente pequeña y clima agresivo.

Hoy, las consultas diarias en ese centro siguen revelando que dos o tres personas son diagnosticadas cada día con algún tipo de cáncer cutáneo, lo que confirma que el problema está lejos de disminuir.
La factura del sol: un daño que se acumula
Como explica la dermatóloga Brenda Alejandra Hermosillo, representante de la asociación civil Kanan de la Piel, el riesgo es mucho mayor de lo que la población suele imaginar:
“El sol que consumimos, si fuera algo que comiéramos, se va acumulando y nos cobra factura. No sabemos si esa factura será solo manchas o un cáncer de piel”.

Esa acumulación de daño solar ocurre desde la infancia, muchas veces sin quemaduras visibles. Años después, aparece en forma de lesiones sospechosas, lunares que cambian, heridas que no cierran o manchas que evolucionan. Por ello, la doctora insiste en la importancia de una revisión dermatológica anual, especialmente entre adultos y adultos mayores, las poblaciones donde hoy se registra mayor número de casos.
LOS NUEVOS RIESGOS: TATUAJES, PIERCINGS Y MODAS ESTÉTICAS
Un componente sociocultural que agrava el panorama en Yucatán es la creciente popularidad de tatuajes, perforaciones, microblading, pestañas postizas e incluso uñas artificiales. Hace dos décadas eran prácticas marginales; hoy forman parte del paisaje urbano cotidiano. La normalización estética, sin embargo, no ha ido acompañada de una educación adecuada sobre los riesgos dermatológicos involucrados.

La doctora Hermosillo es clara:
“Los dermatólogos vemos las peores reacciones adversas a tatuajes, piercings, microblading, pestañas postizas y uñas de gel. No significa que sean frecuentes, pero cuando llegan a consulta, suelen ser graves. Por parte de dermatología, no se recomiendan”.
El problema no es únicamente la reacción alérgica o la infección. Cualquier agresión artificial a la piel —desde pigmentos hasta perforaciones— puede generar inflamación crónica, cicatrices, sensibilización o manchas que, combinadas con la intensa radiación solar de Yucatán, incrementan la vulnerabilidad a desarrollar cáncer de piel.
Una moda en ascenso bajo un sol cada vez más peligroso
La piel tatuada o perforada tiende a reaccionar más ante la luz UV, ya sea por el pigmento, por las heridas que todavía no han cicatrizado por completo o por procesos inflamatorios subyacentes. En regiones como Mérida, donde los índices UV alcanzan niveles extremos casi todo el año, la combinación es especialmente peligrosa.

La población joven —la más tatuada— suele ser también la que pasa más tiempo bajo el sol sin protección: motociclistas, repartidores, estudiantes, deportistas al aire libre. Mientras tanto, los adultos mayores, más propensos a daños acumulados, enfrentan los efectos de décadas de exposición sin protegerse debido a una cultura solar históricamente permisiva.
El sol como riesgo laboral
La dermatóloga señala que las profesiones que permanecen largas horas bajo el sol —reporteros, pepenadores, cambaceadores, motociclistas, repartidores— deben ser consideradas poblaciones de alto riesgo.
Sin embargo, reconoce una barrera real: el costo de los protectores solares. Por ello, propone iniciar con medidas accesibles y efectivas:
Buscar sombra siempre que sea posible.
Usar ropa como primera línea de defensa.
Sombreros de ala ancha (no gorras).
Mangas protectoras, incluso hechas en casa.

Reposos cortos alejados del rayo solar directo.
Sobre los protectores solares, aclara:
“Todos funcionan mientras tengan factor de protección 30. Hay que aplicarlos y reaplicarlos cada tres horas, usar suficiente cantidad y permitir que la piel lo absorba”.
El sol no solo cae de arriba: rebota
En playas —el atractivo más fuerte del estado—, la recomendación es elegir horarios de menor radiación. La doctora subraya un punto clave que suele olvidarse:
“El sol no solo nos da de arriba hacia abajo; rebota en el agua, la arena e incluso en la nieve. Esos rayos también nos afectan”.
Incluso bajo una palapa o sombrilla, la exposición es significativa si no se usa protector solar.
LA PIEL SECA: UNA PUERTA ABIERTA A INFECCIONES Y LESIONES
Con la llegada de temporadas más frescas, la piel se reseca. La sequedad es más grave en climas calurosos con humedad variable como Yucatán. Una piel seca se cuartea, se irrita y, en muchos casos, se transforma en un eczema o dermatitis que puede complicarse.

“Después de bañarnos debemos ponernos crema hidratante. Es el alimento de nuestra piel”, recalca la dermatóloga.
La piel reseca aumenta la comezón, lo que provoca rascado continuo y, a veces, heridas que pueden infectarse o evolucionar de forma adversa.
UNA ALIANZA POR LA SALUD: AYUNTAMIENTO DE MÉRIDA + KANAN DE LA PIEL
Prevención, educación y acceso para quienes más lo necesitan
En el marco de los Miércoles Ciudadanos, la alcaldesa Cecilia Patrón suscribió una carta de intención con la asociación civil Kanan de la Piel, representada por la doctora Hermosillo. Esta alianza busca llevar la educación y prevención dermatológica directamente a las familias meridanas.


Como parte del acuerdo, motociclistas del programa Chambea Seguro recibieron mangas protectoras y una plática especializada sobre prevención del cáncer de piel.
La alcaldesa destacó:
“Cuidar a la gente es lo primero. Por eso apostamos por la salud y la prevención, para que nadie se quede atrás.”

En una ciudad donde miles de personas trabajan bajo el sol, esta estrategia apunta a disminuir riesgos y difundir conocimiento que durante años fue limitado o inexistente.
HACIA UNA CULTURA DE PROTECCIÓN SOLAR
Aunque Mérida ha avanzado en programas municipales de salud, ferias, jornadas y módulos de atención ciudadana, la lucha contra el cáncer de piel exige algo más profundo: un cambio cultural.
La doctora Hermosillo lo resume así:
“Apostar a la prevención es apostar a no tener cáncer de piel. Es simple.”
Ese cambio implica comprender el riesgo real del clima yucateco, abandonar la idea de que “el sol siempre ha estado ahí”, asumir la responsabilidad de proteger la piel —con o sin tatuajes— y educar a las nuevas generaciones antes de que la moda corporal o la falta de información se conviertan en detonantes de enfermedades graves.
En una Mérida que crece y se transforma, el reto es claro: que la modernidad, la estética y el estilo de vida no sigan poniendo en riesgo el órgano que nos protege del mundo exterior: la piel.
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