El Juego de Pelota Maya trasciende fronteras: nace la Federación Internacional del Deporte Ancestral

Del ritual sagrado al deporte global: la pelota maya conquista nuevos países

El Juego de Pelota Maya, una de las manifestaciones deportivas y rituales más antiguas del continente americano, está viviendo un renacimiento a nivel internacional. Durante la Sexta Copa Mundial del Juego de Pelota Maya, celebrada recientemente en Copán Ruinas, Honduras, se aprobó un acuerdo histórico: la Asociación Centroamericana del Caribe y Norteamérica cambiará su nombre a Federación Internacional del Deporte Ancestral, con el propósito de impulsar la práctica del ancestral PocTaPok en países de todo el mundo.

La decisión fue anunciada por José de Jesús, presidente de la Asociación de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales de Yucatán A.C.E., quien también presidirá la nueva federación internacional.

“Consideramos que este gran paso que hemos dado será un detonante para los deportes de todo el mundo”, afirmó el dirigente, convencido de que el Juego de Pelota Maya puede ser no solo una disciplina competitiva, sino también un vehículo de identidad, cultura y hermandad entre los pueblos.

Una herencia viva de los antiguos mayas

En la época prehispánica, el Juego de Pelota —conocido en lengua maya como PocTaPok— no era simplemente una competencia física: representaba un ritual cósmico en el que se escenificaba la lucha entre el día y la noche, la vida y la muerte. Las canchas de juego, o tlachcos, se erigían en el corazón de las ciudades sagradas y los jugadores eran considerados elegidos de los dioses.

El deporte tenía un sentido profundamente espiritual: el movimiento de la pelota simbolizaba el viaje del sol a través del inframundo, y en algunos casos, el desenlace del juego podía tener connotaciones rituales, incluso con sacrificios que reforzaban el vínculo entre los hombres y las deidades.

Hoy, más de mil años después, este legado resurge transformado, manteniendo su esencia simbólica y comunitaria, pero ahora como expresión cultural y deportiva reconocida internacionalmente.

De Copán a Polonia: una red internacional del deporte ancestral

La reciente Copa Mundial de Copán Ruinas reunió a 16 equipos de siete países: Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Estados Unidos y México. En la rama varonil participaron 14 equipos, mientras que la rama femenil contó con cuatro escuadras, lo que refleja el creciente interés de las mujeres en esta práctica ancestral.

“México fue subcampeón en esta edición”, informó José de Jesús, orgulloso del desempeño de los atletas que mantienen viva esta tradición. Pero el verdadero triunfo fue el consenso alcanzado entre las naciones participantes para conformar una federación de alcance global.

“Al principio sólo los países del mundo maya podían participar —recordó—, pero vimos que eso sería egoísta de nuestra parte. Hay jóvenes en otros países que quieren practicar este deporte. Por eso decidimos abrir la puerta a todo el mundo y compartir con ellos este legado que nos dejaron los abuelos”.

Esa apertura ya rinde frutos: Polonia ha mostrado interés en afiliarse a la Federación Internacional del Deporte Ancestral, al igual que Colombia y Puerto Rico, que trabajan en procesos de integración. La expansión no solo diversifica la participación, sino que proyecta al Juego de Pelota Maya como símbolo de diálogo intercultural, hermanando a naciones a través de un pasado compartido y un presente de cooperación.

Yucatán, corazón del resurgimiento

Desde Yucatán se ha impulsado con fuerza la recuperación de los juegos y deportes autóctonos. La Asociación encabezada por José de Jesús ha sido clave en la organización de torneos nacionales, en la formación de nuevos equipos y en la promoción de la enseñanza del PocTaPok en escuelas y comunidades.

Para el presidente, estos encuentros no son simples demostraciones folclóricas: “La gente cree que es sólo una muestra o exposición aquí en Mérida, y no es cierto. Hay torneos internacionales, hay campeonatos mundiales, hay jóvenes que entrenan con disciplina. Esto es un deporte vivo, con historia, con técnica y con espíritu”.

El impulso de la nueva federación permitirá fortalecer la organización de campeonatos mundiales, estandarizar reglas y expandir la enseñanza del juego a instituciones deportivas y culturales de todo el planeta.

Un legado que une al mundo

El PocTaPok simboliza hoy una forma de resistencia cultural, un puente entre el pasado y el presente que se reinventa sin perder su esencia. Con la creación de la Federación Internacional del Deporte Ancestral, este símbolo milenario del mundo maya entra a una nueva era: la de la globalización cultural con raíces profundas.

Así, aquel juego que alguna vez fue ritual, ofrenda y representación del cosmos, se transforma en una plataforma de encuentro entre pueblos y generaciones, demostrando que los legados ancestrales pueden renacer con fuerza en el siglo XXI y seguir enseñando al mundo el valor del respeto, la identidad y la unidad.

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