El funeral del Papa Francisco tendrá un carácter más espiritual y pastoral, humilde, cercano al pueblo y con rechazo a los signos de poder

Será un funeral austero y fiel a su estilo humilde

El mundo católico atraviesa días de luto tras el fallecimiento del papa Francisco, ocurrido el lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 horas (tiempo de Italia), en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Tenía 88 años y enfrentaba complicaciones de salud, incluyendo una neumonía que debilitó considerablemente su estado físico en los últimos meses. La noticia fue confirmada por el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, quien, en un emotivo mensaje grabado, expresó: “El obispo de Roma ha vuelto a la casa del Padre”.

La despedida del primer pontífice latinoamericano y jesuita será tan singular como su papado. Fiel a su estilo de vida sencillo, Francisco dejó instrucciones precisas para que su funeral reflejara los principios que rigieron su ministerio: humildad, cercanía al pueblo y rechazo a los signos de poder.

En 2024, introdujo cambios sustanciales en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el documento que establece los rituales funerarios papales, para devolverles un carácter más espiritual y pastoral.

Entre los puntos centrales de su voluntad destacan la simplicidad de los ritos, pensados como una expresión de fe en Cristo resucitado, sin despliegues grandilocuentes ni gestos de autoridad terrenal. Francisco rechazó el uso de los tres ataúdes tradicionales —de ciprés, plomo y roble— y pidió ser sepultado en un único ataúd de madera con revestimiento interior de zinc, como signo de sobriedad.

Del mismo modo, pidió que su cuerpo no fuera expuesto sobre el tradicional catafalco en la Basílica de San Pedro ni se organizara un velatorio especial para jefes de Estado o dignatarios. Su funeral será presidido por el cardenal Farrell en la capilla de la residencia Domus Sanctae Marthae, donde vivió desde su elección en 2013, rechazando el uso de los apartamentos pontificios.

Una vez concluida la ceremonia, sus restos serán trasladados a la Basílica de Santa María la Mayor, lugar al que Francisco acudía con frecuencia para encomendar sus viajes y oraciones. Allí será sepultado, como él lo quiso, no en la cripta papal del Vaticano, sino en un espacio más sencillo y simbólicamente cercano a los fieles.

Durante el anuncio de su muerte, el cardenal Farrell subrayó el legado de Francisco: “Su vida entera ha estado dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia, y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo como discípulo del Señor Jesús, recomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno y Trino”.

El papa Francisco marcó profundamente a la Iglesia católica con su estilo pastoral, su defensa de los desposeídos y su visión de una Iglesia en salida, más cercana al pueblo y menos apegada a las estructuras del poder. Su despedida, libre de pompas, reafirma el mensaje que transmitió durante más de una década: que la grandeza de la Iglesia reside en su servicio y su humildad. Hoy, millones lo despiden con gratitud, respeto y esperanza.

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