México, rezagado en patentes por falta de cultura de protección de ideas

Una brecha con las potencias mundiales

El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) informó que durante 2024 se otorgaron 10,897 patentes en México, de las cuales solo 694 correspondieron a ciudadanos mexicanos, lo que representa apenas el 6.3% del total. Aunque esta cifra es la más alta en los últimos 30 años, refleja todavía una amplia distancia frente a las principales potencias globales.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), China registró 70,160 solicitudes de patentes y Estados Unidos 54,087 en el mismo periodo, consolidándose como líderes mundiales en innovación. Ante estos números, expertos subrayan que México debe fortalecer su ecosistema de innovación y propiedad intelectual si desea competir en la economía global.

La patente como motor de desarrollo

Una patente es un derecho exclusivo que protege legalmente una invención, impidiendo que otros la utilicen o exploten sin autorización de su creador. Este instrumento no solo asegura beneficios económicos al inventor, sino que también genera confianza entre inversionistas, fomenta empleos y coloca al país en una ruta de innovación.

Lorena Rodríguez, directora regional de ClarketModet México y Centroamérica, explica que contar con un sólido sistema de patentes impulsa un círculo virtuoso: “más protección, mayor confianza de los inversionistas y un crecimiento económico sostenido”.

En la misma línea, Daniel Jacobo, académico del Tecnológico de Monterrey, enfatiza que la propiedad intelectual otorga valor agregado a los proyectos. “Cuando un emprendimiento tiene una patente, se percibe como único y diferenciado, lo que lo hace mucho más atractivo para el capital privado”, puntualiza.

¿Por qué hay pocas patentes mexicanas?

A pesar del récord alcanzado en 2024, especialistas coinciden en que México enfrenta un déficit estructural en la generación de patentes. El factor principal es la escasa cultura de protección de ideas, lo que limita la innovación en todos los sectores.

Jacobo detalla que gran parte de la población desconoce la importancia de patentar y los pasos necesarios para hacerlo. Por ello, considera urgente que se impulsen programas de concientización desde la educación superior que promuevan la propiedad intelectual como un recurso estratégico.

El proceso de registro también es un obstáculo. En México, obtener una patente puede tardar entre tres y cinco años, implica pasar exámenes técnicos y legales, además de un costo inicial que ronda los 30,000 pesos, sin contar el pago de mantenimiento anual.

Rodríguez recuerda que la legislación mexicana exige criterios rigurosos, como la novedad absoluta de la invención, lo que implica que no haya sido divulgada previamente. “Esto requiere asesoría especializada, ya que un error puede retrasar o incluso invalidar el trámite”, advierte.

Impulso gubernamental y ejemplos regionales

El titular del IMPI, Santiago Nieto, anunció la meta de elevar a 1,000 el número de patentes mexicanas en 2025, una cifra que, de alcanzarse, marcaría un nuevo récord para la innovación nacional.

En apoyo a esta meta, el gobierno federal dio mayor relevancia al tema con la creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, encabezada por Rosaura Ruiz en el gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum. La dependencia ha lanzado convocatorias con fondos para investigación, además de convenios internacionales que incentivan a emprendedores y científicos a registrar sus ideas.

Algunos estados ya marcan la pauta en esta materia. Jalisco, por ejemplo, representó el 21% de las solicitudes de patentes en 2024. Según Jacobo, el éxito de esta entidad se debe a una política activa de promoción de la cultura de la propiedad intelectual, con eventos universitarios y capacitaciones para mejorar la redacción de solicitudes, lo que incrementa las posibilidades de aprobación.

Innovación para dinamizar la economía

El número de patentes otorgadas es considerado un termómetro de la innovación de un país. A mayor número de registros, mayor capacidad para resolver problemas y generar soluciones tecnológicas, científicas y sociales.

El bajo volumen de patentes mexicanas refleja una oportunidad perdida. “México necesita inventores que, con creatividad, transformen los obstáculos en soluciones que impulsen el desarrollo de la ciencia, los negocios y la sociedad”, subraya Jacobo.

Cada patente mexicana tiene el potencial de convertirse en nuevos modelos de negocio, cadenas productivas y empleos, lo que la convierte en una palanca fundamental para que el país supere su estancamiento económico.

Conclusión

Aunque México alcanzó en 2024 el mayor número de patentes para ciudadanos nacionales en tres décadas, el contraste con China y Estados Unidos revela que la tarea pendiente es enorme. La falta de cultura de protección de ideas, los costos y la complejidad del proceso siguen siendo barreras que limitan la innovación.

Para revertir este rezago, el país necesita más conciencia social, políticas públicas efectivas y mayor acompañamiento a inventores y emprendedores. Solo así México podrá dejar de ser un consumidor de innovación extranjera para convertirse en productor de conocimiento y tecnología, capaz de competir en el escenario global y atraer inversiones que impulsen un desarrollo económico sostenido.

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